Ave Fénix
La leyenda del Ave Fenix relata la historia de un ave capaz
de renacer de sus propias cenizas. Es un símbolo universal de la muerte
generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad y el sol. También
representa la de delicadeza ya que vive solo del rocío sin lastimar a ninguna
criatura viviente.
Esta Ave está presente es muchas leyenda, por ejemplo es
la mitología egipcia ( se le denomino Benú), en
la mitología griega( se le denomino Phoenicoperus) , en la china
( se le conoció como Fêng-Huang), muy presente en
la poesía árabe , entre otras culturas. En México, el Fenix aparece siempre en
compañía del gran dios Quetzalcoatl y para los primeros cristianos,
simbolizaba a Cristo, siendo alegoría de su muerte y resurrección.
En el cristianismo: Se dice que en el Edén originario, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas. Allí, junto a la primera rosa, nació un pájaro, de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubín, y el pájaro ardió al instante.
La inmortalidad, fue el premio a su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como el conocimiento, la capacidad curativa de sus lágrimas, o su increíble fuerza. A lo largo sus múltiples vidas, su misión es transmitir el saber que atesora desde su origen al pie del Árbol del Bien y del Mal, y servir de inspiración en sus trabajos a los buscadores del conocimiento, tanto artistas como científicos.
Mitología Egipcia: Se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección, y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta del templo del Sol.
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