Helena – La belleza mortal

Helena – La belleza mortal

A las bodas del Rey Peleo con la nereida Tetis concurrieron todas las deidades. Incluso la única que no había sido invitada a la Fiesta, Eris, la diosa de la discordia, quien fue para vengarse.

Apareció arrojando sobre la mesa del banquete una manzana de oro y se retiro al instante. Pero su aura maliciosa quedo florando en el aire. La manzana que había arrojada tenía  una inscripción: “A la más hermosa”. Afrodita, Atenea y Hera la reclamaron al mismo tiempo, pero Zeus se negó a elegir  entre semejante Diosas. Nombraron como juez al mortal Paris, el pastor hijo de Príamo, rey de Troya. Cada una de las Diosas, en un aparte, intento sobornar al joven juez. Hera le ofreció convertirse en un poderoso gobernante y Atenea lo tentó con la fama militar de un héroe. Pero Paris falló a favor de Afrodita, que le prometió el amor de la mujer más hermosa del mundo: Helena. La Diosa dejo de lado esa belleza perfecta estaba casada con Menelao y era Reina de Esparta. Helena, hija de Leda y Zeus metamorfoseada el cisne, era tan pero tan linda, que de pequeña sus hermanos tuvieron que rescatarla del héroe Teseo. Que la había raptado para casarse con ella.

Cuando Paris fue a buscarla a la corte espartana, quedo deslumbrado. El rey Menelao recibió a los extranjeros con agasajos y honores, pero nada impidió que el sedujera a su mujer.

Helena, simulando ser raptada, huyó con Paris y esa huída desato la cruenta guerra de Troya, Diez año de enfrentamiento entre griegos y troyanos. Bellamente contados en La Ilíada, por el genio poeta Homero.

Helena vivió la mayor parte de la guerra trabajando en su telar, en la torre del palacio de Troya, mientras lamentada haber seguido al seductor Paris. A la muerte de Paris se caso con Deifobo, otro hijo de Príamo. Pero luego, cuando Troya fue tomada, no tuvo empacho en entregarlo a los griegos para que le dieran muerte. Ese gesto facilito con reconciliación con Menelao, con quien se reunió luego en un viaje que los dioses le complicaron. Vivieron juntos  en Esparta, hasta que Menelao murió. Entonces la echaron.

Helena se marchó a Rodas, donde la reina Polixo la recibió maravillosamente un día, y al siguiente ordeno que la ahogaran en el baño y que luego la colgaran de una horca.

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Fuente : El libro de los Dioses, los Héroes y los Mitos