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jueves, 11 de diciembre de 2014

Perseo

Perseo


Perseo era hijo de Zeus y de la mortal Da­nae. Fue uno de los heroicos semidioses de la mitología griega junto a Heracles y Teseo.
Acrisio, rey de Argos y su hija Dánae, la había encerrado en una torre para evitar que ella concibiese un hijo, ya que un oráculo le había asegurado que su nieto lo mataría. Zeus, visitó a Dánae en forma de lluvia de oro, de la cual nació Perseo. Acrisio, sorprendido, encerró a la madre y al hijo en una caja y los arrojó al mar, pero gracias a la protección de Zeus, la caja llegó a salvo a la isla de Sérifos, donde  reinada el rey Dictis, hermano del rey Polidectes de Sérifos. Perseo creció junto a su madre y el rey, pero Polidectes se enamoró de Dánae y decidido librarse del muchacho.Por ese motivo le encargó que le traje­se la cabeza de Medusa.

Afortunadamente, Perseo contó con la ayuda de Atenea, que estaba enemistada con Medusa a causa de la relaciones que tenía con Poseidón -que quizá la había violado- en un santuario dedicado a Atenea. La diosa le dio a Perseo un espejo de bronce tan bruñido que reflejaba todo lo que veía y le dijo lo que tenía que hacer. Primero debería visitar a las gorgonas, tres hermanas,eran brujas que compartían un solo ojo. Perseo les robó el ojo y les obligó a mostrarle el camino para llegar a Medusa. Unas ninfas le dieron a Perseo un casco que lo hacía invisible, un par de sandalias aladas y un saco en el que meter la cabeza de Medusa cuando la hubiera atrapado. Hermes le entregó un sable mágico.
Perseo voló hasta el hogar de las otras gorgonas. Las tres hermanas se habían dormido y Perseo pasó delante de ellas con cuidado, sin perder de vista a Medusa sirviéndose de su escudo como espejo para no tener que mirarla y evitar de ese modo que lo convertiera en piedra. Así cortó la cabeza llena de serpientes del monstruo con el sable de Hermes y la puso en el saco.
El primer encuentro que tuvo Perseo a su regreso fue con el titán Atlas, a quien se presentó como hijo de Zeus. Perseo no fue bien recibido. Cuando el gigante adoptó una postura amenazante, el héroe le mostró la cabeza de Medusa y lo convirtió en piedra. Perseo continuó su viaje, y llegó a Etiopía, donde vio a una bella mu­chacha encadenada a una roca junto al mar. Era Andrómeda, la hija del rey Cefeo, que estaba a punto de ser sacrificada a un monstruo marino. Perseo vio aparecer al terrible monstruo de las profundidades del mar para devorar a Andró­meda y les dijo a sus desesperados padres que la salvaría si prometían convertirla en su esposa. Cefeo y Casiopea aceptaron,Perseo se abalanzó sobre la bestia y le clavó su sable. Sus sandalias aladas le permitieron huir inmediatamente del ataque del monstruo.

Años después, cuando Andrómeda le había dado un hijo a Perseo, la pareja viajó a Sérifos, llegando a tiempo de rescatar a su madre y a Dictis de las manos de Polidectes cuando se habían refugiado en un santuario. Polidectes no quiso creer que Perseo hubiese regresado con la cabeza de Medusa y trató al héroe con desprecio. Perseo le mostró la cabeza de la criatura y Polidectes se convirtió en fría piedra.
Perseo convirtió a Dictis en rey de Sérifos y prosiguió su viaje hasta Argos, que era el reino de su abuelo. Acriso, recordando la predicción en el sentido de que moriría a manos de su nieto y huyó a Tesalea. Perseo lo persiguió hasta allí y ambos se encontraron compitiendo en los juegos locales en honor del rey. Durante una de las pruebas, un disco lanzado por Perseo cayó sobre la cabeza de Acriso y le mató.
Como quiera que fuere, allí se quedó a vivir felizmente con Andrómeda, que le dio otros cinco hijos y una hija. Después de su muerte, la que había sido su gran protectora, Atenea, lo subió a los cielos y lo convirtió en una constelación. Ese mismo honor lo recibieron Andrómeda y sus padres.



miércoles, 10 de diciembre de 2014

Osiris – La renovación

Osiris – La renovación

Ra había decretado que la unión del Dios tierra y de la Diosa del Cielo no tendría descendencia, ningún día del año. El Padre de todos los Dioses sabía que un hijo del Cielo y de la Tierra gobernaría en su lugar a todos los hombres,  hombre que habían nacido de sus propias lágrimas divinas. Entonces intervino Thot, el Dios de la sabiduría. Le quito a la luna parte de su luz y con ella hizo cincuenta días más, que no pertenecías a un año ni al siguiente. En esos días, Tierra pudo parir a las hijas y a los hijos del Cielo: Osiris y Seth, Isis y Neftis. El día restante nacería Horus, hijos de Osiris e Isis, que se amaban desde antes de nacer.

Cuando Osiris nació, heredo de su padre la tierra y los poderes que le harían llevan  el bienestar a los hombres, que en ese entonces eran salvajes. El veintiocho años, Osiris los civilizo, enseñándoles leyes morales, agricultura, música. Y los ritos correctos para cada cosa.
Sin embargo, Osiris no pudo continuar con su misión educadora en la vida porque fue asesinado por su envidioso hermano Seth. Pero siguió educando desde el Más Allá a su hijo, Horus, para lograr que lo sucediera en el Trono.

Cuando termino su labor Osiris se retiro a las estancias, donde, hasta el fin de los tiempos, pesaría las almas de los difuntos. Por su historia de vida y su muerte. Osiris representa las fuerza de renovación.




http://www.taringa.net/comunidades/compar/3420577/Descubre-Cual-es-tu-Dios-Egipcio.html

lunes, 1 de diciembre de 2014

Alejandro Magno

Alejandro Magno

Alejandro III, más conocido como Alejandro  Magno, Rey de Macedonia cuyas conquistas y extraordinarias dotes militares le permitieron forjar, un imperio que se extendió desde Grecia, Egipto hasta la India, iniciándose así el llamado periodo helenístico. Sucedió muy joven a su padre Filipo II. Este le había  preparado para reinar, proporcionándole experiencia militar y encomendado a Aristóteles su formación intelectual.

Alejandro Magno dedico sus primero año de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblo que conquisto su padre, luego de su muerte, ellos se habían aprovechado para sublevarse ante Alejandro Magno. Con un ejército pequeño (aproximadamente 30000 infantes y 5000 jinetes), Alejandro se impuso invariablemente sobre sus enemigos, merced de su excelente organización.

Alejandro recorrió victorioso el Asia Menor (batalla de Granico, 334), Siria (Isso 333), Fenicia, Egipto y Mesopotamia, hasta tomar las capitales persas de Susa y Persepolis.
Una vez conquistada la capital de los persas, Alejandro licencio a las tropas griegas  que le habían acompañado durante la campaña y se hizo proclamar emperador. Enseguida lanzo nuevas campañas  de conquista hacia el este. Dueño del Asia central, se lanzo a conquistar a la India.

Con la conquista del imperio persa, concibió entonces la idea de unificar a los griegos con los persas en un único imperio en el que convivieran bajo una cultura de síntesis, y el mismo se caso con dos princesas orientales: una la princesa de Sogdiana y la hija de Darío III.

La reorganización de aquel gran Imperio se inicio con la unificación monetaria, que abrió las puertas a la creación de un mercado inmenso: se impulso el desarrollo comercial con expediciones geográficas, también se construyeron carreteras y canales  de riego.  Y se fundaron 70 nuevas ciudades, la mayor parte con el nombre de Alejandría.

La temprana muerte de Alejandro  a los 33 años, víctima del paludismo, le impidió consolidar el imperio que había creado. El imperio no sobrevivió a su muerte.

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